lunes, 1 de febrero de 2010

Características de la arquitectura románica

Características de la ARQUITECTURA ROMÁNICA: Planta y Bóvedas. ¿Cómo resuelven los arquitectos románicos el problema de los empujes de la bóveda? El muro románico. Los contrafuertes.


Plantas románicas

Las plantas románicas más frecuentes son:
Planta Basilical de tres o cinco naves (forma rectangular), de influencia romana.


Planta de Cruz Latina, compuesta de dos brazos, un longitudinal, más alargado, y otro transversal.Aunque también pueden encontrarse otras plantas poligonales.
Sobre esta planta de cruz latina pueden identificarse los principales elementos que forman parte de un templo románico:




La planta de Cruz Latina tiene dos brazos, uno longitudinal y otro transversal llamado transepto. Donde se cruza la nave central y el transepto, se llama crucero, que suele realzarse con una cúpulaLa nave central suele terminar formando un ábside de forma semicircular, en la cabecera, donde pueden colocarse nuevas capillas también semicirculares, llamados absidiolos y la girola o deambulatorio, que es la prolongación de las naves laterales sobre la nave central por detrás de la capilla mayor.

La bóveda en el románico
El espacio de la iglesia románica es, pues, un espacio dinámico cuyas líneas arquitectónicas y de visión convergen en la cuenca absidial, lugar en donde se manifiesta el poder de la divinidad. La cubierta de este espacio fue uno de los principales problemas de los maestros de obras románicos y según las épocas, las regiones geográficas, el clima de las mismas, los materiales disponibles y la capacidad económica de las comunidades, recibió soluciones muy diversas. La cubierta de madera sobre armadura a dos aguas fue sin lugar a dudas la solución más simple para cerrar la luz de la nave de principal, pero su fácil combustibilidad la hizo desaconsejable en según que regiones y circunstancias. Para sustituirla se optó por la bóveda semicilíndrica de piedra (bóveda de cañón o de medio cañón) reforzado por arcos fajones. Soluciones más simple bajo el punto de vista constructivo se adoptaron en el cubrimiento de los espacios cuadrados, como los de los tramos de las naves laterales o los de las criptas, los de los brazos del transepto etc. En estos se utilizaron, por lo común bóvedas de arista, es decir, aquellas surgidas de la inserción viva de dos medios cañones, perpendiculares uno respecto al otro.Para cubrir el crucero, uno de los lugares más significativos de la iglesia, espacio intersección de la nave longitudinal con la transversal, se adoptó la cúpula semiesférica, de tradición romana al igual que la bóveda de cañón y la de aristas, abierta por una linterna en su cúpula y apoyada sobre pechinas o trompas, elementos que facilitan el tránsito entre la zona hemiesférica superior y el espacio cuadrado, más raramente rectangular de la planta.

La solución de las trompas, de tradición oriental, consiste en un nicho en forma troncocónica que consigue transformar el cuadrado de la planta en octógono. Las pechinas, también de origen oriental, consisten en triángulos con la superficie y los lados cóncavos, dos de los cuales se confunden con los arcos formeros o de sostén de la cúpula, y el tercero con el círculo de la base misma. En determinadas zonas, especialmente meridionales, en las que se aúnan la herencia del mundo clásico y la de la tradición oriental, como ocurre en Lombardía, se hallan soluciones particulares que tienden a compartimentar o fragmentar las bóvedas mediante molduras o nervaduras que anteceden al cruzamiento de ojivas gótico.

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