jueves, 4 de marzo de 2010

Características del Gótico





Arquitectura




Dos son los elementos esencialmente característicos de la arquitectura gótica: la bóveda de crucería y el arco ojival; afectando la primera a la estructura, y el otro, más particularmente, a las formas exteriores. La bóveda de crucería concentra los esfuerzos en puntos determinados, centralizando los empujes, lo que determina la desaparición de los muros macizos del románico, que son sustitui-dos por amplios ventanales con vidrieras. Los empujes son trasladados por medio de los arbotantes a los contrafuertes exteriores, que rematan en pináculos. La bóveda descansa sobre altísimos pilares, formados por un macizo central y columnas o baquetones adosados, a tenor de los nervios de la bóveda, verificándose la transición por un capitel, con temas vegetales, que paulatinamente va decreciendo en importancia hasta terminar siendo una simple faja decorativa. A este concepto dinámico de la construcción, frente a la estática románica, se le añaden las for-mas agudas de los arcos, en que abren puertas y ventanas; éstas, como los rosetones, con tra-cería, formada por motivos geométricos, entre las que se colocan las vidrieras. La complicación de estas tracerías, la aparición de nuevos tipos de arcos (conopiales, escarzanos, carpaneles) y la complicación de bóvedas, que aumentan el número de nervios, con sus consiguientes consecuencias en las demás partes del edificio, señalan las características determinantes de las diversas fases en la evolución del estilo gótico.



La Catedral


La catedral es el monumento característico de la arquitectura gótica, en la que se reúnen todas las características esenciales del estilo. Existe una especie de competencia entre los pueblos por poseer la catedral más esbelta y elevada. Su planta, en forma de cruz, es de tres o cinco naves, con crucero más corto que el de la arquitectura románica, y en la cabecera la girola o deambulatorio, en la que se abren las capillas poligonales, todas encerradas en un gran medio círculo. Son destacadas las altísimas naves laterales, las que sirven de campanario y en las que se abren los amplios ventanales. Rodean el perímetro de la catedral recios contrafuertes, que reciben los empujes de los arbotantes, y rematados por pináculos.



Escultura





Se inicia a mediados del siglo XII en la Isla de Francia, alcanzando su apogeo en el siglo XIII y llegando a sus últimas manifestaciones en el primer tercio del siglo XVI. El naturalismo, la humanización de la divinidad, la exposición clara y ordenada son los caracteres esenciales de la escultura gótica. En el siglo XIII, la época de mayor esplendor de este arte en Francia, que se difunde por toda Europa occidental, la escultura es con vestidos sencillos, en los que los pliegues caen con gran simplicidad. A fines de este siglo se buscan los efectos pintorescos. Se opone una corriente que sustituye la belleza abstracta por la real: es el arte del retrato. Al mismo tiempo los plegados se multiplican en numerosos y pequeños pliegues sinuosos, a los que contribuyen las siluetas de las figuras, que se incurvan en un movimiento gracioso.
A fines del siglo XIV se impone un estilo originario de Borgoña, en el que el arte del retrato se perfecciona y los vestidos pierden sus múltiples curvas caligráficas, que se transforman en pliegues angulosos y quebrados, como en la pintura. Se copian escenas de la vida real para las representaciones, y la tendencia sentimental iniciada en el siglo XIV conduce al más hondo patetismo. Los temas patéticos se prodigan, la representación de martirios, la Piedad, los Cristos sangrantes, los esqueletos roídos por gusanos, etc., son habituales. La escultura gótica se halla subordinada a la arquitectura. Desaparecen las representaciones iconográficas en los capiteles, que son reemplazadas por temas vegetales, directamente inspirados en la naturaleza, en los que, no obstante, se mezclan a veces temas animados. Son las portadas de las catedrales, fundamentalmente las de los pies del templo y brazos del crucero, los conjuntos más acabados de la escultura gótica. En ellas se desarrollan los temas iconográficos con la máxima claridad compositiva. Estatuas de bulto redondo, apóstoles o profetas, adosados a jambas y mainel: tímpano, dividido en fajas, con relieves: Juicio Final, Vida de la Virgen o de Jesús, o vida de Santos; y en las arquivoltas, bajo doseletes, ángeles, ancianos del Apocalipsis, u otras figuras, siguiendo la dirección de la curva del arco.




Pintura





En los Países Bajos, como en todo el occidente europeo, se ha perdido por completo la tradición románica que cubría totalmente las paredes de los templos con amplias composiciones murales, debido, fundamentalmente, a la peculiar estructura de la arquitectura gótica, que no deja espacio para ello. Cuando es necesario se utilizan tapices. Es en los retablos donde más espléndidamente se manifiesta el genio pictórico de los primitivos flamencos. Estos son de pequeñas proporciones. Como consecuencia del pequeño tamaño, la técnica es detallista, como en las mi-niaturas, en las que se encuentra un antecedente de esta técnica de los primitivos flamencos.
El detallismo en las representaciones no se ciñe exclusivamente a los personajes, rostros y manos, sino que con el mismo espíritu se detiene en los diversos objetos de un interior, como en las variadas plantas o animales que animan un paisaje. Copian la naturaleza sin pretender idealizarla.

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